15/11/2014

descubrir

Que bonito descubrir cosas, me acuerdo que cuando era chica me encantaban las sorpresas y hacerme la desentendida, guardar secretos con llave, tener cajas llenas de recuerdos debajo de mi cama, mandar cartas a gente y nunca entregarlas (no es que sea chica aún pero lo sigo haciendo), y lo que más me gustaba era revisar los cajones de la biblioteca de mi casa y encontrar puros cachureos e inventar cosas que sólo yo entendía su uso. Me gustaba jugar con el Nico en el auto del papá, jugar a la lucha libre y mirarlo tocar bajo y aprender con él. Me gustaba hacerme la grande, lloraba cuando me sacaba un 6 porque siempre fui la niña de las buenas notas y con la camisa del colegio abrochada hasta el último botón, mi vida cambió cuando leí a Cortázar por primera vez, es una especie de amor platónico que no se borrará jamás de mi mente, creo que es su culpa ser tan apasionada con mis emociones y me encanta haber tenido una historia igual a la del libro rayuela.
Todo pasa por algo, y agradezco el hecho que me llevó a leerlo (y a que me gustara tanto leer). Iba a escribir algo súper choro que se me había ocurrido y se me olvidó (siempre se me olvida todo), a veces la voladez es súper buena, pero para ser estudiante de arquitectura o cuando te gusta escribir es una mierda. Extraño a todo mi mundo chilensi, pero acá soy feliz porque estoy descubriendo cosas, y eso es lo que más me gusta (aparte del chocolate, dormir, andar en bici y darle besitos a la nariz de la Agu). Y bueno, escribí todo menos lo que había pensado.

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