Elemental. Había una vez, una niña súper insegura, que de a poco iba aprendiendo cosas nuevas y calladiiiiita, calladita entendía todo a la perfección, hasta que llegó el día en que le empezó a gustar alguien muy extraño, muy nerd. Esta personita no encontraba que fuera algo relevante en su vida (de hecho, lo relevante lo desechaba) porque es muy, pero muy esquiva con todo, se ponía su capa y a volar se ha dicho a cualquier dirección (junto a su coraza) mientras el mundo giraba y giraba. Ella no tenía opinión alguna, todo era interno, se guardaba todo (¿o se lo guarda?, ni yo sé). Miraba todo a su alrededor y pensaba: "¿cómo a algunas personas se les hace todo tan fácil?, ¿cómo estos seres tan objetivos no se dan cuenta de que la delicadeza engaña?" al final llegó a una sola conclusión en su corta vida: "no pienso cambiar ningún aspecto de mi vida ni de mi esencia por parecerte más divertida ni mucho menos, más coqueta". ESENCIA, es lo ideal, ¿no?.