SOLEDAD.

¿Se nota?, ¿¡Acaso se nota que estoy mal?!, ¿¡Acaso se nota que me hace daño esto?!, ¿¡Acaso se nota que soy una tonta?!, ¿¡Acaso se nota que no puedo más?!, ¿¡Acaso se nota que estoy mal por eso?!, eso que nadie sabe, ¡Nadie!, y tampoco nadie lo va a saber, por que me pudro, solamente me pudro para seguir en este dolor y no salir adelante, para caer de nuevo y para poder tener "escusas" para todas las cosas.
Soledad siempre pensaba eso, nunca se atrevía a contar sinceramente sus cosas, ¿por qué? por que tenía miedo, ¿Y por qué tenía miedo?, por que nadie la quería, ni se sentía querida nunca, ¡jamás!, veía con detención la vida de los demás, ya no quería seguir ¡Con nada!, sí, estaba en estado de depresión (¿?). Pero ella no podía saber si estaba o no en ese estado. pero lo supo cuando estaba en el baño mirándose al espejo por unas 4 horas, cierra los ojos, y cae al suelo con una pequeña arma en su mano.